CONSTRUIR LA REALIDAD / PILAR QUINTEROS

 

 

No es el mundo que tú ves, es el mundo que yo veo representando el mundo que tú ves.

Matt Mulican

 

Muchas veces las obras de arte están supeditadas a las condiciones físicas en las que se emplazan, sin embargo, las maneras de subvertir lo que podría ser un límite y crear un mundo imposible existen. Pilar Quinteros es precisamente una de las artistas que subvierte las realidades espaciales produciendo piezas de gran formato en espacios totalmente reducidos (como si pudiésemos construir una casa dentro de una habitación, cosa que en este caso es totalmente posible). Ensamblajes de materialidades ligeras propias de una maquetería arquitectónica, se ven ampliados al extremo en la obra de la artista. Lo que hace Quinteros es llevar las dimensiones desde ciudades jibarizadas hasta una relación uno a uno. El cuerpo y su relación con el espacio se ve tensionado por la realidad de este, y el punto de vista es de una humanidad enfrentada a una existencia verídica, desde un imaginario constantemente pensado para lo pequeño. La proyección de lo que podría ser, se rompe ante la presentación de un hecho.

 

La obra de Quinteros no tiene un material predilecto. Estos se acomodan a las circunstancias. Las condiciones físicas del emplazamiento en lo urbano –considerando que su trabajo irrumpe en la linealidad del día a día– determinan las metodologías y materialidades de su obra. Por esta razón, está en constante cambio. Difícilmente podríamos hablar de una obra con una técnica en particular. Los proyectos de la artista siempre funcionan en relación a su contexto. De esta forma Pilar Quinteros nos lleva a pensar sobre la fantasía de la construcción de espacios inexistentes. Sin duda Quinteros abre el espectro de posibilidades de lo que existe y lo que no. Bajo su lógica, cualquier cosa podría ser real, tan solo basta con imaginarlo y construirlo.

 

Es en este sentido es que las piezas construidas son parte de una versión paralela del mundo que conocemos, y no una imitación de éste, como podría esperarse de una construcción espacial a gran escala. Si pensamos en la artista y su trabajo con materialidades propias de una maqueta, bien podríamos especular que está construyendo un símil de algo ya existente, y no es así. La operación de Pilar Quinteros es hacer de la producción manual y casera una forma de crear relaciones entre distintos elementos que constituyen un mundo propio. Un mundo que ya no obedece las lógicas de lo circundante, sino que es una tangente, incluso una dimensión paralela.

 

Así es que el vínculo entre ficción y realidad se vuelve importante en su trabajo, es un engaño a lo cotidiano, alejándose de la pretensión de una representación realista de las cosas. Una posibilidad de producir desde la confección manual una verdad que excede lo que vemos a diario y que abre un agujero negro hacía un mundo totalmente distinto al que conocemos. Un mundo ficticio que se transmuta en verdad.